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Cerró el Centro de Lucha contra el Cáncer de Florencio Varela
03/02/2023

«Fue muy lindo darle batalla al cáncer desde nuestra entidad pero también es muy triste no poder seguir”, dijo la presidenta de la entidad, Mirta Castro. La crisis económica llevó al cierre de una entidad que dio todo a la comunidad y por más de 45 años.

 

La convocatoria publicada el miércoles pasado en la página 15 de Varela al Día a una Asamblea General Extraordinaria, a celebrarse el 2 de Marzo próximo a las 17 horas en la sede del Centro de Lucha Contra el Cáncer, ubicado en Chañar Nº 265 de Villa Vatteone, es triste y elocuente. Dice en su artículo 1º :
Tratamiento de la disolución de la entidad «Centro de Lucha Contra el Cáncer Florencio Varela» por imposibilidad de cumplimentar el objetivo social para el que fue creada.
Una entidad que naciera hace 45 años, con el claro fin de darle pelea a una brutal enfermedad, termina su vida social por no poder contar con los recursos mínimos. «Fue muy lindo darle batalla al cáncer desde nuestra entidad pero también es muy triste no poder seguir», dice hoy Mirta Castro, actual presidenta, quien hace 45 años se sumara a la fundación de la ex LALCEC Filial 107 de Florencio Varela.
LALCEC nació por iniciativa del club de Leones del Cruce Varela que creo la filial número 107 de la Liga argentina de Lucha contra el Cáncer, la que fue apadrinada por el organismo central el 18 de abril de 1977. La Comisión Directiva provisoria fue presidida por Teresa Paz Reimondi, quien solicitó el apoyo del municipio para funcionar en el hospital Nicolás Boccuzzi, lo que se concretó en Junio de ese año.
El lunes pasado, con el final del caluroso enero de 2023, el Centro de Lucha Contra el Cáncer cerró sus puertas en forma definitiva. Varela al Día entrevistó, a horas del cierre definitivo, a Mirta Susana Castro, la última presidenta en ejercicio y a la secretaria María Isabel Delorenzi.

 

María Isabel Delorenzi, secretaria y Mirta Susana Castro, la última presidenta en ejercicio

«Cuando en 2001 LALCEC Central se desprendió de sus filiales, pasamos a tener independencia económica, con nuestra propia personería jurídica y nuestros balances. Fue bueno, pero comenzaron las complicaciones económicas, siendo que las fuimos sorteando con éxito. Cuando compramos el mamógrafo, era el único en Florencio Varela, ahora hay mamógrafos en todas partes. Antes de la pandemia, ya teníamos problemas económicas, pero los fuimos campeando», afirmó Castro, con un tono pausado. Esta arquitecta de profesión confianza haber criado un hijo de 45 años. «Eso me dice mi familia. Estoy acá desde la fundación. Para mi el Centro de Lucha Contra el Cáncer ha sido un hijo más»
«Para llegar a un mamógrafo digital necesitábamos entre 80.000 y 1000.000 mil dólares. Cuando nosotros hicimos esto: el mamógrafo, la reveladora, el visor y emplomar las paredes por las radiaciones, nos salió 100.000 dólares, cuando el dólar estaba en otro valor. Ahora pensar en cambiar el equipo, es tarea imposible», agregó Castro.

 

El viejo mamógrafo

La pregunta infaltable: ¿El municipio y las autoridades que han hecho para evitar este cierre?
«Hemos tenido charlas con el municipio, que estuvo predispuesto, pero no alcanzó, Inclusive también con la embajada de Japón por un mamógrafo Toshiba, pero tampoco se dio. Después de la pandemia, la situación económica se vino más abajo, aún. Sostener esta entidad haciendo berenjenas en escabeche no se soluciona (Castro realizó 3500 frascos anuales para vender y sostener la entidad)»·
El Centro de Lucha Contra el Cáncer cuenta con una empleada en blanco y se hace difícil aportar mes a mes las cargas sociales. En lo que hace a los medios » para que presten atención profesional, tenemos que llegar a un contrato de 70-30%. Ellos se quedan con el mayor porcentaje. Mantener esta casa, significa, luz, empleadas, etc, etc. Todo. Es imposible», dijo la secretaria Delorenzi.

 

 

Nota de la fundación

– «La comisión directiva de la entidad se fue poniendo grande. Yo entré a los 30 años y hoy tengo 75. Imagínate. Ya estoy cansada», se lamenta Castro y agrega otras reflexiones: «No tenemos ni personas para que nos reemplacen ni subsidios. Esta es la realidad y ya se tomó la resolución de cerrar sus puertas» La amplia sede de la calle Chañar ya tiene destino. «Y como consta en el estatuto, el edificio pasa a donación de la Cooperadora del Hospital Mi Pueblo». «Agradecemos al municipio porque hace tiempo entramos en la red de salud, ellos nos mandaban las planillas de pacientes para su atención y nos pagaban. Agradecemos a la municipalidad por su colaboración y a toda la comunidad». «Los premios que ha recibido la entidad en estas décadas, lo donaremos al Museo. Ya que es una institución con gran trayectoria en el distrito».
Muchas Gracias por tan digna labor!!!

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