El Municipio de Florencio Varela le pidió a AySA que sirva del servicio de agua de red con dos canillas comunitarias sobre la calle El Malambo. Los vecinos pedían la extensión al interior del barrio, pues deben recorrer 400 metros con baldes y bidones. La respuesta fue negativa. Los habitantes compraron caños para hacer ellos la obra. Comenzaron los zanjeos hasta que la referente de Libres del Sur, Mirta Rojas, puso el freno, impidiendo que el tendido pase por su casa. Intervino la policía que intentó llevarse detenidos a dos hombres. 

El pedido de canillas comunitarias para las más de 1000 familias que habitan la Cava de Caacupé, demandó casi 5 años en concretarse. Recuerdan los vecinos, organizados por fuera de las organizaciones sociales, que la Municipalidad de Florencio Varela recibió la nota por una red de agua potable, que suplante el camión cisterna que tres veces por semana entra el barrio, a medidados de 2018.
Los calores actuales, la falta de agua de red en los barrios y el mal humor de la sociedad, reflotó el pedido de Caacupé y el intendente Andrés Watson, uno de los 4 directores generales que tiene la empresa AySA, pidió que se instalen dos canillas sobre la calle El Malambo. AySA hizo lo suyo. Los vecinos pedían una extensión pero está no se generó. A cambio le colocaron una canillla mas.
Antes de avanzar, cabe destacar que en el barrio hay diferencias con la dirigente de Libres del Sur, Mira Rojas, ex precandidata a concejal por el espacio de Florencio Varela en el 2021 y mencionada en el juicio público de Daniel Zisuela como cercana a la trata de jovencitas. Rojas, a quien llaman “La Paraguaya” tiene línea directa con funcionarios comunales y la propia policía. En su casa supo tener un cuaderno para la firma de los policías del patrullero. También la bomba que Franco Risso le dejara para vaciar el nivel de agua de la Cava. Rojas tiene su poder. Del otro lado está la manzanera María Machuca, quien no baja los brazos para generar mejoras en el barrio. Para algunos funcionarios comunales Machuca trabaja con José Luis Calegari, del Centro Popular y Participativo Monseñor Agelelli. Y si está Calegari detrás, por más que la gente necesite, no hay ayuda.

«Hace 10 años me alejé de Calegari. Nos cuesta mucho todo, por que ellos siempre me pegan con José Luis,» dice Machuca, quien el viernes pasado se presentó en la municipalidad para reflotar el pedido de las canillas de 2018.
En esa reunión el funcionario Darío Benitez le dijo a Machuca que se instalarían tan sólo dos canillas en la entrada al barrio, sobre la calle El Malambo. Los vecinos pidieron una extensión, porquue tenían que trasladarse por más de 4 cuadras con los baldes y bidones de agua.

Benitez le recordó a Machuca su carta en Varela al Día del viernes. La vecina pidió agua en esa carta y a los funcionarios los enojó, cuando era una carta dirigida al Intendente Watson.
Cabe señalar que el único contacto con agua medianamente potable en Caacupé, es con el camión cisterna que envía el municipio de Florencio Varela. El aguatero, como hace 50 años.
«La orden del intendente fue que se coloquen las canillas en el ingreso al barrio, sobre el Malambo. Si piden la extensión de los caños, deberán esperar 8 años porque estamos ahora trabajando en el barrio Luján», le dijo Benitez a los vecinos.

Tras el anuncio de la colocación de tres caños por debajo de la avenida El Malambo, los vecinos se organizaron para juntar dinero y realizar la extensión ellos. Lograron 220 mil pesos e invirtieron en la compra de los materiales. El miércoles los caños llegarán al barrio. Con la instalación de las canillas sobre la calle el Malambo, los vecinos habrían de poner mano a la obra en los zanjeos.
En el barrio quienes no militan con Mirta Rojas cuentan que la líder de Libres del Sur tiene agua de red en su casa, al igual que varios de sus seguidores, gracias a una conexión clandestina. Y ahí está el problema. Todo beneficio que llega al barrio por fuera de Libres del Sur, Rojas pone sus reparos.
El sábado por la mañana llegó una cuadrilla de la empresa Cosugas, contratada por AySA, para realizar las conexiones de tres caños, debajo de la calle El Malambo, que salen del caño maestro.

Rojas hizo saber de antemano que el zanjeo que los vecinos habrían de realizar no podían pasar por la puerta de su casa. Hubo algún conato de agresiones. Una sobrina de Rojas terminó con su cara rasguñada. La joven está enfrentada con su tía. Cabe consignar que la casa de Rojas, como las de todos los habitantes de la Cava de Caacupé, está asentada en un terreo público. Nadie es dueño en los papeles, pero Rojas es la dueña del territorio. Y la zanja que será la extensión de las tres canillas comunitaria al interior del barrio, llegó hasta la puerta de la casa de Rojas. El hecho hizo explotar a la dirigente de Libres del Sur. De inmediato llamó a la policía, la que se hizo presente en pocos minutos.
Las policías intentaron llevarse detenidos a dos vecinos. Rojas reclamó a los gritos que corran el zanjeo. Ella lo hizo con su conexión clandestina y ahora no permitía el avance de la red de los vecinos que esperaron 5 años la llega del agua.
Entrada la noche del sábado en Caacupé la policía discutía con los vecinos del zanjeo. Rojas marcó su territorio. No le dieron el gusto de mover la línea de la red.

El miércoles comienza la segunda etapa con la instalación de los caños, para extender tres canillas comunitarias al interior del barrio. Todos dicen que quieren pagar los servicios, pero en los planos, esa tierra figura como una Cava. Algún funcionario le dijo a los vecinos que ellos eran responsables de haberse metido en ese sector: una Cava. Cabe recodar también que el gobierno de Cristina Fernández inició en los años 2012/13 un complejo de viviendas para trasladar a los vecinos de la Cava. Sin embargo esas obras se paralizaron y fueron tomadas y convertidas en un asentamiento, que hoy se llama el de Villa Argentina, pegado al aeródromo.
El funcionario municipal podría preguntarse ¿quien impidió que se generen asentamientos cuyos habitantes reclaman luego por agua y luz? Esperamos su respuesta.