(Por Edgar García) Cuando la falta de gestión y la falta de previsibilidad, sumada a la incoherencia e inaptitud se juntan, suceden estas cosas. Podría decir cientos de cosas del porque está mal, en principio, manejar un vehículo de emergencia conlleva por ley a deber tener más que un registro común de conducir; pero lo más grave es que exponen a una persona que no está preparada para enfrentarse a la represión de delitos y faltas contravencionales, que sin dudas NO le dará apoyo profesional y operativo al policía que lleva «de pasajero», y quien ahora el agente policial además de velar por la vida de los terceros y la suya lo deberá hacerlo por su chofer.
Un policía, cuándo está en prevención y represión del delito, siempre confía en su compañero, es el único que puede salvarle la vida, en el caso de estos «Choferes», ¿quién le asegura a ese policía en peligro que al primer problema no se van a dar a la fuga dejando en solitario al agente?. No tienen vocación de ser policías, solo tomaron el empleo para manejar un patrullero. Además NO es auxiliar de la justicia, (no es policía) entonces en los procedimientos vendrán los problemas técnicos jurídicos.
Si los delincuentes ya NO respetan el uniforme y ni la presencia Policial, cabe imaginarse lo que le puede pasar a un chofer de patrullero cuando intente tan solo mirar fijamente a un delincuente (éste a sabiendas que no resulta ser policía y que NO posee autoridad sobre él) ¿Qué pasará cuando el policía deba proceder de urgencia ante uno o más delincuentes? El chofer de patrullero no estará en condiciones de apoyarlo porque ni tiene la formación ni la vocación para enfrentarse al problema.
Nadie piensa para gestionar mejor en éste gobierno. Por ejemplo: ¿Por qué no emplean como policías a todos los que han sido soldados voluntarios, o bien por qué no piden ayuda a las fuerzas armadas para manejar móviles hasta que puedan en 6 meses poder preparar policías? Es decir, no solo critico constructivamente, sino que aporto ideas, que creo que son mejor que las que están ofreciendo cuando la sociedad pide a gritos profesionalizar más a la policía. Sorprenden estas cosas.