El intendente Andrés Watson compartió una sgnificativa charla con Facundo Stabile, un chofer en la Línea 148 quien revivió el momento en el que pudo auxiliar a una pequeña de un año y medio de edad luego de ejercer maniobras de reanimación cardiopulmonar arriba de la unidad.
El suceso fue paralizante, aunque su voz serena al narrar representó el temple aplicado a una situación crítica. “Como todos los días, salí de la cabecera en El Tropezón con mucha gente que había ido de visita al Penal: ellos me ayudaron a que esta historia tuviera un final feliz”, inició.
“La nena sufrió una descompensación por una convulsión. Retuve su lengua para evitar el ahogo”, relató en una primera instancia donde la beba recuperó su estado. No obstante, Stabile continuó: “Cuando volví a mi lugar, comencé a escuchar gritos y observé que ella estaba morada. Ahí, realicé el RCP. Cuando escuché el primer llanto, todo fue emoción”.
“El colectivo era una ambulancia amarilla”, definió al ómnibus con pasajeros y pasajeras que lo alentaban para arribar lo antes posible al Hospital Zonal General de Agudos “Mi Pueblo”. Cada fragmento de la crónica volvió a emocionarlo y hoy celebró que “los papás de la niña me mandaron videos de ella con juegos, risas”.
El encuentro con el intendente fue movilizante. “Nunca pensé que iba a sentarme junto a él, estuvo a disposición mía y de mi familia”, expresó. Al concluir la reunión, Andrés Watson entregó un reconocimiento por su loable accionar. Para cerrar, Facundo pidió a las personas “no juzgar a los choferes porque detrás del volante podían encontrar a un amigo y me tocó a mi comprobarlo”.
Participó del encuentro la subsecretaria de Prensa y Comunicación, Noelia Piñeiro.