(Por Agencia La Barriada)
Nuestro país está en un profundo debate donde importantes sectores de la población y medios de comunicación impulsan «la quita de subsidios al transporte, la energía, las provincias, las obras sociales, los sindicatos», pero nada se dice de los subsidios a la escuela privada.
La mayoría de las escuelas privadas son emprendimientos comerciales de personas que poseen dinero y deciden invertirlo en la creación de un colegio en lugar de una empresa comercial de otro rubro, y el resto en general son escuelas de carácter parroquial.
Las escuelas creadas por empresarios como un negocio para ganar dinero rápidamente recurren a los estados provinciales para que les aporten los subsidios para el pago de salarios. Un país raro Argentina donde empresarios que rechazan la presencia estatal piden plata al estado para financiar negocios privados y aumentar ganancias.
En el año 1991 Carlos Menem por medio de la ley 2542 consolidó y favoreció las escuelas privadas garantizando que el estado se haría cargo del 100% de los sueldos docentes. Podemos decir gerenciar las escuelas parroquiales, de organizaciones religiosas o laicas que en su mayoría cumplen una función social y garantizan por ejemplo becas gratuitas.
Las escuelas privadas están controladas por la DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN DE GESTIÓN PRIVADA (DIEGEP) que fijan montos de subsidios y a quienes se les otorga.
Pero ¿por qué el estado debe financiar el negocio privado de una persona adinerada? ¿Está mal subsidiar el boleto de les trabajadores y está bien subsidiar el negocio privado de un empresario?
Según la Universidad de San Andrés el estado pone $55 de cada $100 que gasta la escuela privada y pone $100 por cada estudiante en la escuela pública, pero esto último no es así porque debido a la crisis económica el estado pone $60 y los $40 restantes de diferente forma los ponen las familias.
Esta investigación de la Universidad de San Andrés demuestra que los estados provinciales gastan el mismo dinero en la pública que en la privada profundizando niveles de desigualdad ya que las privadas superan a las públicas por ejemplo en acceso a tecnología.
En esta idea de que todos los países del mundo hacen lo mismo, nuestro sistema de financiamiento se replica en Australia y España donde en las últimas décadas la oferta de educación privada decayó notoriamente.
El gobierno de Javier Milei tan afecto a mostrar sistemas eficientes guarda notorio silencio ante el modelo educativo más exitoso del mundo que lo tiene Finlandia, este país no solo no financia educación privada, sino que la prohibió en todo el país.
Las familias tienen derecho a elegir la educación que desean privada, pública, laica o religiosa pero la pregunta es ¿por qué los estados provinciales deben subsidiar escuelas que son negocios privados con los impuestos de todos e incluso con los de quienes no pueden pagar la escuela privada?
Estos días Javier Milei anunció la quita de los aportes patronales que las escuelas privadas deben hacer al estado por sus empleados ¿no era que no hay plata? Pero además anunció el aporte de materiales didácticos a estudiantes de escuelas privadas y la ayuda a quienes no puedan pagar la cuota ¿y las escuelas públicas? A lo que se suma el anuncio de no renovación del Fondo de Incentivo Docente (FONID) vigente desde 1998 que consistía en un aporte de Nación para las provincias con el fin de mejorar los salarios docentes.
Estos anuncios muestran que el problema no son los subsidios ya que a las escuelas privadas no se las toca y para ellas hay plata, mientras quienes transitan la escuela pública atraviesan el desabastecimiento sistemático de las instituciones mediante el vaciamiento de los comedores escolares, la paralización de obras públicas, la caída del salario docente, el aumento en los pasajes, la inflación que afecta desde la alimentación hasta la vestimenta y la compra de útiles escolares.
Está a la vista que la preocupación no es la educación ni la reducción del gasto público sino la distribución de estos hacia el sostenimiento y crecimiento de los negocios privados. Quizás sea momento de modificar la ley 2542 y quitar subsidios a las escuelas que son negocios privados y tienen por único fin enriquecer a los dueños y aumentar la brecha en el acceso al derecho de la educación.