Un grupo de vecinos de distintos barrios, encabezados por el abogado local José Luis Calegari, mantenían bloqueados esta tarde el portón de la calle Chacabuco, ingreso y egreso de vehículos a la playa de estacionamiento de la Municipalidad de Florencio Varela, en reclamo de ser atendidos por las autoridades para que tomen conocimiento del pésimo servicio que presta de la cooperativa contratada para la recolección de los residuos domiciliarios.
“Hemos hecho público hace unos días el contrato entre el municipio y la cooperativa que recolecta los residuos por más de 5200 millones de pesos por cuatro años de servicios. Este monto de dinero se ajusta a la inflación y este año será del 100%”, dice el letrado Calegari a Varela al Día como paso previo a la explosiva¡ denuncia.
José Luis Calegari, de lentes
El reloj indica que han pasado noventa minutos del mediodía. Varios vecinos están sentados en el suelo y a menos de un metro del portón. La policía desplegó un grupo de uniformados que llegaron en un micro de traslado. Calegari estima que puede terminar detenido, pues así se lo hicieron saber. Su relato sobre el particular no tiene pausa: “El contrato dice que tienen que juntar los residuos en todas las calles de tierra y asfaltadas del distrito. Les pagan por cuadra y por dia, de lunes a sábados. Además deben prestar el servicio con 400 contenedores que no llegan a 30 colocados en el distrito. Esto explica cómo saquean las arcas municipales. El negocio no es de una cooperativa, porque los muchachos que trabajan en ella ganarían medio millón de pesos por mes. La sede de la cooperativa está en el domicilio de Hugo Aguirre, el chofer de Francisco “Chicho” Basile, su mano derecha. A esto se debe decir que el Estado municipal gasta millones de pesos y la gente vive en la mugre. De acá a 20 cuadras la gente está tapada de basura. Frente a esto, exigimos que nos atiendan. Nos dijeron que venía Julia Gamboa (subsecretaria de servicios públicos) y finalmente vino Victor Elías, jefe de la guarda comunal, un ex policía echado de la fuerza, a decirnos que presentemos un petitorio y que no nos van a atender. Frente a esto, determinamos quedarnos acá. Yo estoy dispuesto a que me lleven a la comisaría. La sociedad tiene que comenzar a entender que hay una mafia que nos gobierna. No es normal lo que nos pasa como sociedad. No es natural que la gente viva en la mugre, que un médico gane 50 mil pesos para trabajar en un centro de salud. Que una administrativa gane 17 mil pesos. No es un lógico, no es un castigo de Dios. Nos pasa que hay una mafia que ha decidido saquearnos. Aporto como dato que Julio Pereyra preside la Fundación Findel, una fundación política con sede en Buenos Aires y a todo trapo. Pero aparte tiene una sede en Chile y está abriendo una en España. La pregunta es ¿quién financia la Fundación del señor feudal Julio Pereyra? ¿Sabe quién es el tesorero de la fundación Findel? Es Daniel González, el marido de la secretaria de hacienda municipal, Gisella Primus, quien paga sin chistar los negocios de Francisco Chicho Basile y Julio Pereyra. Y a esto hay que agregarle las dos sedes del Frente Nacional Peronista, una en la Capital Federal y otra en La Plata. Son cinco sedes a todo lujo. Alquileres, empleados, servicios. ¿Quién paga todo esto? Esto lo paga la gente. Nosotros sostenemos el negocio de una mafia que son 100 tipos, los que han logrado esclavizar a una población de medio millón de personas”
-¿Hicieron alguna presentación en el Concejo Deliberante?
-Nada. Hay 24 concejales que son sordos, ciegos y mudos. Esto demuestra que no es un problema de un sector. El pacto de impunidad se construye con algunos concejales que son cómplices, otros son miedosos y otros eligen no decir nada por las dudas. Y ahí vamos, no? Una casta, digamos. Es un término que usa mucho Milei, un personaje detestable. Pero si uno ve como terminaron los concejales después de su mandato, el 90% terminó como empleado del municipio y empleados de Pereyra. Frente a esto, donde un puñado vive como CEOS de empresas multinacionales, hemos decidido estar acá. Es un problema de dignidad. Elegí un camino con los vecinos. No nos van a atender, que nos lleven presos. Ir preso por denunciar a la mafia es un orgullo, para mi y para los vecinos.
