Muy confusa y variada la información, a la que no todos acceden ni tienen por qué ponerse a descifrar, pero saquemos algunas conclusiones, a saber:
– Antes de fracasar en su gestión en USA ante el FMI y establishment internacional, la Sra. Batakis fue despechada por los gobernadores (convocó a una reunión de todos y sólo fueron cinco). La que falló en USA no fue la pobre ministra inexperta, sino el gobierno de un Estado nacional en ruinas.
– Los gobernadores nunca intervienen en el manejo de los asuntos nacionales; parece como si fueran principados independientes. Pero cuando intervienen…¡Patapúfete! diría un viejo cómico.
(Un día se juntaron para ver si a De la Rúa, que había perdido las elecciones de medio término, lo dejaban caer o lo empujaban. Poco después cayó el Presidente radical. Después fueron ellos los que eligieron a Rodríguez Saá y en sólo una semana se dieron cuenta del error. El mandatario interino llama a reunión de gobernadores en Chapadmalal y sólo asisten cuatro. Cayó R. Saá. Ya estaban hablando con Duhalde, rosqueando con Alfonsín y hasta el cardenal Bergoglio, amén del establishment local que quería devaluar).
– Como son pan «peronistas» (uso ese calificativo porque no se me ocurre otro, pero creo que el propio Perón no lo admitiría), abusan del pragmatismo al extremo y con las instituciones pueden hacer lo mismo que con un paño: usarlo para vestir un altar sacrosanto, para cubrir la mesa o para limpiarse el culo; todo da igual.
– Como otras veces, inventaron un golpe que no se parezca a un golpe, con la anuencia o el silencio de la confederación de gobernadores feudales y el establishment nacional, ambos muy preocupados porque los dislates del desgobierno empiezan a afectarlos a ellos de manera seria e incontrolable.
– Por lo tanto, destronaron al Presidente como se hacía con los reyes bobos, enfermos o desquiciados: ponían un lord Cecil, un cardenal Richelieu o un Rasputin a manejar los asuntos de Estado y al monarca lo mandaban a jugar bolos a las Tullerías. En este caso, lo mandan a tocar la guitarra y ponen a manejar los asuntos de gobierno al conde del Principado del Tigre, respaldado por la comarca de plebeyos que rodea extramuros al Reino Autónomo de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre.
– Pero la madre del monarca (que ya había sido Reina y abdicó en favor de un mediocre cortesano), retuvo para sí el manejo del Tesoro, la recaudación, la red de alcahuetes, la policía del palacio, las dispensas, dádivas a la servidumbre y el reparto de migajas al lumpenaje.
– Por ahora, la Reina Madre prometió no interferir con la labor del nuevo Regente, pero nadie confía a juzgar por su historia de intrigante palaciega. En forma expuesta o solapada, se verá si la pulseada interna continuará, será neutralizada o alguno aplasta al otro. Ya ha pasado de ex reinas encerradas en una torre o envenenadas, pero también de regentes decapitados o expatriados.
– El nuevo Regente es tan maquiavélico que ha pactado y seguirá pactando con los señores feudales, los agricultores, los dueños de los molinos donde se hace la harina, los criadores de bestias, los fabricantes y conductores de carruajes, artesanos, funcionarios, publicanos, boticarios, trovadores y amanuenses. Y se va instalando en el imaginario del vulgo y aún de las clases decentes, que viene una especia de nuevo Mesías, con rótulo de «superministro», que en verdad no lo es porque ni asumió el cargo y tendrá menos funciones de las que antes tenía un ministro de Economía; y designa funcionarios que no están designados, porque él no es rey ni premier.
– Y YA LA GENTE CREE QUE HAY UN NUEVO PRESIDENTE. (Napoleón sostenía algo así como que para tener poder primero hay que adoptar gestos y poses de poderoso y actuar como tal.)
– Y van los pregoneros, de calle en calle, por medios y redes sociales, instalando que hay un nuevo Regente que se las sabe todas y en quien debemos confiar y apostar positivamente «por el bien de todos» (Después de haber fallado en ese intento con Scioli).
– Y ya trascienden ingeniosas y nunca imaginadas medidas que adoptaría el nuevo Salvador: pedir miles de millones de dólares a otros que no sean nuestros habituales acreedores (por ej, Arabia Saudí) o acordar el pago anticipado de impuestos a los que tienen la fortuna de no haberse fundido o quebrado. Y negar que vaya a haber devaluación (después de un 50% en una semana), y asegurar que los salarios no se tocan (después de una caída de su valor constante no inferior al 50% en dos años) y que se congelan los precios por un tiempo (después de haber sido ajustados al máximo valor del dólar paralelo y especulativo). y, por supuesto no habrá NINGÚN AJUSTE (excepto la caída de salarios reales, la suba de precios, la devaluación del peso, el aumento de la pobreza, la falta de empleo y el cierre de decenas de miles de comercios y fábricas pymes).
– Y no crean esa mentira de que la Reina Madre reina pero no gobierna: tiene arbitrariamente bajo su ala a un presidente del BCRA que ni tiene acuerdo del Senado; al PAMI, a Energía (combustibles, minería, centrales atómicas, represas), a la ANSES (la mitad del presupuesto nacional), a la AFIP (ente recaudador pero además gran archivo de información secreta para saber cuánto vale cada súbdito o cada empresa). Además de los servicios de alcahueterías, espionaje y persecución de propios y adversarios.
– Queda claro que la Reina busca que en la AFIP haya seriedad y profesionalismo: pone al frente a un ex arquero de Gimnasia y Esgrima La Plata, que hizo carrera política chupando las medias y vaya a saber qué otras prendas de Alicia K y que es un soldado confiable del cristinismo puro.
– Si el regente tiene éxito (entendiendo por tal a que se llegue a las elecciones del 2023 sin que antes se incendie Roma), pues será el nuevo gran candidato de esa cosa que Borges prefería no nombrar.
Y si fracasa, además de rezarle a San Expedito, el Gauchito Gil y el beato Ceferino, los sucesores se encontrarán con una bomba neutrónica activada, sin manuales para desactivarla ni cables para cortar.
– ¿Y Alberto? Olvidaos, el ya se fue con su balsa y Litio Nebbia a naufragar. ¿Y Cristina? ¡Ah, quién pudiera saber! ¿Y qué hará la oposición? ¿Oposición? ¿Qué oposición? ¿Y la Justicia? ¿Y el pueblo? Bah, los habitantes, la gente, la piara, el cardumen, la gilada, la masa, el rebaño, las diferentes clases y sectores. Ciudadanos son una minoría que no influye y patriotas capaz que quedan algunos ejemplares, pero no se dejan ver, como cualquier noble especie en estado de extinción.
– En fin… «tendríamos que ver bien para saber qué pasa», le dijo un miope a un ciego.
Pasando en Limpio (Por Lalo Mollar)
03/08/2022