Milei pasó la podadora sin compasión, siempre con la excusa de una “guerra contra la casta” a la que acusa de convertir a una supuesta “Argentina potencia” de hace 100 años en “la fábrica de pobres” que, a su juicio, es hoy el país que gobierna. En la casta entran sin matices políticos, sindicalistas, periodistas, actores, intelectuales, empresarios y banqueros, a los que tilda de “ratas miserables”, “culo sucio”, “liliputienses”, “ensobrados”, “degenerados fiscales” o “zurderio inmundo”. El ultraderechista Javier Milei llegó al poder en Argentina al grito de “no hay plata” y que además había prometido en campaña reducir al mínimo el Estado para terminar con el déficit fiscal y controlar la inflación. Durante sus primeros diez meses de Gobierno, cumplió con la promesa de recortes: el gasto se redujo un 30% interanual en términos reales ajustados por inflación, según cálculos del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) y la Asociación de Presupuesto y Administración Financiera Pública (Asap). Desde el 10 de diciembre de 2023, día en que juró como presidente, Milei cerró 13 ministerios; despidió a unos 30.000 empleados públicos, equivalentes a casi el 10% de la plantilla nacional; paralizó la obra pública, y recortó el dinero destinado a educación, salud, ciencia y jubilaciones. La poda en la ejecución presupuestaria ha sido especialmente dura en infraestructura (-74%), educación (-52%), trabajo (-65%), desarrollo social (-60%), salud (-28%) y asistencia a las provincias (-68%). La inversión en infraestructura está paralizada en Argentina. Milei suspendió todos los proyectos en carpeta, interrumpió las transferencias a las provincias para las obras en marcha e inició auditorías en todos los contratos para revisar deudas heredadas. La Cámara Argentina de la Construcción (CAC) calcula que el Estado debe a los contratistas unos 400.000 millones de pesos (400 millones de dólares) y que ya se han producido 200.000 despidos en el sector. La pobreza supero el 50% de la población y el 66% de los menores de 14 años es pobre en Argentina. Aún así, Milei ha reducido el presupuesto destinado a las infancias, un recorte criticado tanto por organizaciones locales como por Naciones Unidas, además de interrumpir el reparto de alimentos a los comedores populares a los que asisten niños y familias enteras. El ahorro fiscal obtenido por Milei en este ámbito se ha logrado con un aumento cercano al 400% en la canasta de servicios públicos que ha complicado mucho las cuentas familiares. Según el informe mensual del Instituto interdisciplinario de economía política, en diciembre una familia de clase media gastaba unos 30.105 pesos (unos 30 dólares) en luz, gas, agua y transporte público. En septiembre, el gasto había subido a 141.543 pesos (142 dólares). Milei ha llevado adelante el mayor ajuste en la historia de la Republica Argentina, sin ningún reparo hacia los que menos tienen, empujando a miles de argentinos a la pobreza, el hambre y a la desocupación, a la falta de medicamentos, a la falta de dignidad. La historia recordara a Milei: Un hombre sin compasión
MARIO CARRERA