Florencio Varela, al igual que el resto del país, padece diferentes niveles de aumento en la venta de drogas en la modalidad NARCOMENUDEO y se acrecientan notoriamente, en consecuencia, los consumidores.
No hay dudas de que el despliegue de los numerosos puntos de venta requiere de complicidades policiales y eso lo demuestran las investigaciones judiciales que culminaron con personal policial preso. Sin embargo, este no es el único estamento del Estado con personas involucradas.
Hasta acá no estamos anunciando nada nuevo. Sin titubear sabemos que no hay una respuesta única a ese problema complejo que afecta al mundo. Las mismas son diversas y, un gran porcentaje, polémicas.
El 11 de febrero del 2017 ocurrió uno de los hechos más violentos del distrito que fue La Masacre de Senzabello,dónde cuatro jóvenes fueron baleadas y dos de ellas murieron. Ante eso, el poder político precisaba ordenar el territorio y dar señales de que se estaban «ocupando de la problemática».
Así, el 23 de noviembre del 2017, el Concejo Deliberante aprobó la creación de LOS BUZONES POR LA VIDA, mediante una puesta en escena donde Julio César Pereyra aparecía en medio de «una cruzada que luchaba contra el narcomenudeo».
Cómo en tantos otros temas, Julio Pereyra nos tiene acostumbrados/as a sus «acting» que, finalmente, quedan en la nada o, en realidad, ¿encubren sus verdaderas relaciones?.
Dichos buzones serían colocados en diferentes dependencias municipales donde los habitantes de Varela podrían aportar datos sobre el funcionamiento de las bandas del narcomenudeo, serían abiertos y los datos informados al Concejo Deliberante, además de ser enviados a la dependencia judicial correspondiente.
Esta propuesta, claramente, no resuelve el problema pero, al ser una ordenanza vigente; debía y debería cumplirse.
Ahora bien, tiempo después de La Masacre de Senzabello el aparato judicial/policial, vinculado al poder político, logró que la investigación no tenga culpables. Ante esto, Julio Pereyra cambió «su tema de interés» y Los Buzones por la Vida quedaron en el olvido.
En la actualidad, la ordenanza sigue vigente y algunos buzones sobreviven al olvido y mientras Pereyra está preocupado por tener el control del poder, los concejales oficialistas (y opositores) nunca dieron detalles de la efectividad de dicha medida y las zonas periféricas de los barrios siguen pagando con MUERTES los negocios millonarios de un puñado.
Agencia La Barriada