A una semana de la desaparición de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20), las jóvenes de La Matanza que fueron encontradas enterradas en una vivienda de Sanborombon y Chañar de Florencio Varela, la Justicia comenzó a desentrañar una historia marcada por el narcotráfico y la prostitución. Con todo, un rumor comienza a tomar cuerpo: ¿Las mataron en Florencio Varela o solo la casa se trató del cementerio de las jóvenes?
La tragedia comenzó con un engaño: las jóvenes abordaron una Chevrolet Tracker blanca cerca de la rotonda de La Tablada, bajo la promesa de asistir a una fiesta en Bajo Flores, pero fueron conducidas hacia una trampa en el sur del Conurbano bonaerense. Toda la secuencia fue captada por las cámaras de seguridad del municipio.
Al principio, la camioneta circuló en dirección hacia la avenida General Paz, pero nunca se dirigieron hacia la supuesta fiesta.
«Creían que iban a participar en un evento al que las habían invitado. Van por su propia voluntad con alguien que se había ganado su confianza» afirma el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso.
Poco después, sus teléfonos fueron apagados y nada más se supo de ellas. Tras no regresar a sus casas, sus familias denunciaron la desaparición ante la Policía local y dieron inicio a la causa judicial.
Luego de que los investigadores pudieron reconstruir el recorrido que realizó la camioneta, la causa tuvo sus primeros avances.
Por otro lado, una antena de telefonía detectó la señal del celular de Lara en una zona específica de Florencio Varela, a 33 kilómetros del lugar de la desaparición.
El posterior análisis de las grabaciones del área permitieron confirmar que la misma camioneta había llegado a una vivienda situada entre las calles Río Jáchal y Chañar, en Villa Vatteone.
Los detenidos por el momento son seis:
Miguel Ángel Villanueva Silva, de 25 años.
Magalí Celeste González Guerrero, de 28 años.
Daniela Lara Ibarra, de 19 años.
Maximiliano Andrés Parra, de 18 años.
Ariel Giménez de 18 años
Lázaro Victor Sotacuro, de 41 añops
¿Se confirmó la transmisión en vivo de las torturas a las tres jóvenes?
El elemento más perturbador y novedoso de esta causa es la confirmación de que las torturas previas al asesinato y el hecho en si, fueron transmitidos en vivo para un grupo reducido de personas por la red social y en privado. ¿Alguien vio el video? Nadie. Es solo los dichos Magalí Celeste González Guerrero al ser detenida. ¿Lo dijo ante la justicia? No, pues se negó a declarar.
«Hubieras visto cómo lloraban las manitas», fue la frase que apareció en un chat de WhatsApp acerca de las imágenes transmitidas para un grupo cerrado de 45 personas y que abrió la puerta a la descripción de escenas desgarradoras.
Según ese presunto testigo y las capturas divulgadas por Crónica, las jóvenes víctimas fueron sometidas a tormentos para que confesaran el paradero de dólares y cocaína. Capturas que bien cualquier periodista podría armar y scar ventaja entre los demás medios.
Como confirma la autopsia, en los mensajes se cuenta que a Lara, la menor, le habrían amputado los dedos de una mano y parte de una oreja antes de ser asesinada: «No quiso decir dónde estaban los dólares ni la merca (…) Por eso le cortaron dedo por dedo».
Estos mensajes refuerzan la posibilidad de un robo previo y a un ajuste de cuentas por parte de narcotraficantes. De igual manera, se debe esperar a nuevos avances en la causa para confirmar la teoría.
Otro de los mensajes filtrados en el mismo grupo hablaba de fotos de los cuerpos ya descuartizados, imágenes que habrían circulado antes de que los cadáveres fueran hallados enterrados en el patio de una casa de Florencio Varela. Si son las mismas fotos que llegaron a este medio, cabe decir que son truchas. No pertenecen a las jóvenes.
La hipótesis de los investigadores se mantiene firme: el móvil fue un ajuste de cuentas narco vinculado al robo de cocaína.
En la transmisión en vivo por redes, que ya había confirmado el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, el líder de la organización apodado «Pequeño J», un ciudadano peruano de 23 años actualmente prófugo, habría lanzado un mensaje mafioso: «Esto le pasa al que me roba droga».
«El móvil fue disciplinatorio, fue para construir una imagen terrorista por parte del líder de la organización», afirmó el ministro de Seguridad.
Arribas resolvió imputar a Villanueva Silva y Parra por el delito de homicidio calificado por ser cometido con el concurso premeditado de dos o más personas, por ser cometido por alevosía y ensañamiento y por su comisión por un hombre contra una mujer mediante violencia de género. Parra y González Guerrero fueron acusados de encubrimiento agravado.
Según las autopsias, Lara (15) fue asesinada de una puñalada en el cuello. A Morena (20) y Brenda (20) les aplicaron puntazos. A Brenda le quebraron el cuello y la golpearon; a Morena la golpearon y le aplastaron la cabeza.