El fiscal de la causa, Hernán Bustos Rivas, confirmó a Varela al Día la falta de policías. “Podría haber sido un hecho trágico”, dijo.

Mario Luis Cáceres, de 47 años, afincado en Necochea al 4100 del barrio de Villa del Plata, de Florencio Varela, ingresó a la Defensoría Civil 24 de la calle Lavalle 353, el lunes a las 10.50 de la mañana y con un bolso en el cual llevaba una cuchilla de carnicero. El lugar debería estar vigilado por oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, sin embargo no lo estaba. Casi como todo el centro de Varela: Sin policías.
Cáceres intimidó con la cuchilla a dos trabajadores de la dependencia judicial, durante más tres de horas.
El lugar estuvo vallado y se dispuso un fuerte operativo de seguridad, que incluyó al Grupo Halcón de la Policía bonaerense.
Cáceres amenazó con un cuchillo tipo carnicero dentro de una oficina al auxiliar letrado Sebastián Caballero y a la empleada de mesa de entradas de la Defensoría Civil N°24 Agustina Galuedet.
El conflicto habría comenzado a partir de una exclusión de hogar tras una denuncia de la esposa de Cáceres. La medida restrictiva fue dispuesta por el Juzgado de Familia N°1 de Florencio Varela contra el ex empleado del rubro construcción y empresas frigoríficas. Tres negociadores del Grupo Halcón, de la Superintendencia de Fuerzas de Operaciones Especiales (F.O.E.) y personal de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas de la Policía Bonaerense, trabajaron en el lugar.
El fiscal Bustos Rivas, a cargo de la UFI N°5 de Florencio Varela, también participó para mediar en el conflicto. Poco antes de las 14, Cáceres fue reducido y detenido por el personal de la Bonaerense. El desenlace se género cuando el hombre comenzó a quejarse por los pastos altos de su casa. Dijo que con una bordeadora él podría mejorar el jardín y de inmediato. Uno de los negociadores ofreció conseguir la herramienta en pocos minutos. Otro garantizo la salida en un vehículo. El hombre arrojó la cuchilla y dijo “Vamos ahora a cortar los pastos” Las esposas cayeron sobre las muñecas de Cáceres, imputado en privación ilegitima de la libertad.

EL FISCAL
El fiscal Hernán Bustos Rivas explicó que el agresor entró de forma imprevista a una oficina y que tomó de rehénes a dos empleados, a los que amenazó con matar. Bustos Rivas dijo que los trabajadores que estuvieron de rehénes estaban en buen estado de salud y que uno de ellos sufrió «heridas lineales en la espalda».
Bustos Rivas dijo que el agresor mantuvo todo el tiempo agarrada a una empleada por la espalda, que blandía una cuchilla y que en un momento llegó a levantarle la remera y a apoyarle la punta del arma blanca.
Bustos Rivas reveló que el agresor tenía un discurso «delirante», que «no tenía una exigencia concreta» y que llegó a mencionar versículos de la Biblia. Mencionó que «supuéstamente hacía changas» y que durante la toma de rehénes pidió una bordeadora.
Sobre Cáceres pesa además una restricción dispuesta por el juzgado de Familia 1 de Florencio Varela y ya había violado este tipo de medidas.
El hombre tiene una denuncia por violencia de género, golpes y amenazas a su exmujer y sus hijos. Además cuenta con denuncias de vecinos, por peleas callejeras y actitud temeraria en el barrio.
Tras la detención, los dos empleados fueron asistidos por una ambulancia y el agresor fue trasladado a la comisaría 1ª de Florencio Varela.