Inicio 5 Política 5 “La casta que no ves, goza de buena salud”
“La casta que no ves, goza de buena salud”
08/03/2024

(*Por Lalo Mollar)
Está bien que la gente se la tome con los diputiados, senajadores y asesoretes; si hacen política, que se la banquen.
Pero hay una casta escondida, mucho más nociva y onerosa que ni siquiera es votada por el pueblo y de cuya existencia pocos tienen conocimiento.
No se puede en estas líneas mostrar engorrosas planillas de presupuestos, pero de lo que estoy hablando es de esos entes u organismos que consumen mucho más gastos que los poderes legislativos y judiciales de Nación y provincias. No me refiero a los parásitos sindicales enquistados en todo lo que sea «público» o estatal, a esos considerémoslo como una rodaja importante de todas las tortas.
De lo que quiero avisarles es de los «inocentes» organismos de control, auditorías, defensorías del pueblo, de niños, la mujer, las ballenas y los bichos en extinción.
Cuando alguien oye «el Defensor del Pueblo» piensa en un tipo, una tipa y quizás se imagina que tendrá un par de secretarias, chofer, una decena de asesores, qué se yo. ¡NOOO! Se trata de edificios enteros de funcionarios adjuntos, secretarías, prosecretarías, direcciones generales, subdirecciones, con sus oficinas de prensa, ceremonial, jurídica, operativa, etc. etc.
¿Alguien cree ingenuamente que los consejos de magistraturas son una decena o docena de consejeros deliberando y nada más? Son edificios de media manzana, más sus anexos.
Entes reguladores que no regulan, defensorías, sindicaturas, órganos de seguimiento, comisiones multilaterales, interjurisdiccionales, unidades ejecutoras, etc., etc. Son todos decenas y decenas de oficinas, miles de funcionarios de altísimos salarios, decenas de miles de empleados, viáticos, gastos de representación, cajas «chicas», contratados, acomodados, parques automotores, fondos fiduciarios…
Más institutos históricos, de estudios, de investigación, pseudo fundaciones, fondos compensadores, agencias de lo que se puedan imaginar y corporaciones de lo que venga.
A estos antros van a parar, como autoridades o altos funcionarios, los que concluyeron sus mandatos legislativos, los que no lograron una banca por falta de votos, los que quedaron en banda tras cumplir una función ejecutiva, los que no lograron ser designados en una embajada, los dirigentes que son importantes para un partido o sector pero no pueden ser mostrados a la luz del día, los parientes sin laburo, los o las amantes clandestinas, algún jugador /a de básquet ó vóley de UPCN, otro sindicato y hasta de clubes corrientes, varios barrabravas, punteros barriales, algunos a quienes había que devolverle favores o guita, etc.
Al menos, los diputados y senadores deben presentarse a elecciones y obtener un mínimum de votos para acceder a sus bancas.
Hasta ahora, no tengo noticia alguna de que hayan descabezado ni a uno solo de esa verdadera casta semi oculta a la vista de la ciudadanía.

(*) Periodista

Artículos relacionados