(Comunicado)
El lunes 21 de abril, octava de Pascua, sorprendió al mundo y a cada uno de nosotros la partida de nuestro querido Hermano Mayor, el Papa Francisco. Nuestra humanidad llora y esta realidad se nos vuelve consciente muy lentamente porque «(…) cuantas veces nos engaña la ilusión de ser eternos» [1]. Sin embargo, su vida, centrada en la buena noticia de Jesús, comprometida al servicio de «todos, todos, todos», partiendo desde los pobres y vulnerables, nos impulsa a no perder la esperanza ni declinar la alegría del evangelio siendo conscientes de que el sentido de la vida está en donarla sin guardarnos nada. Hasta el último momento de su vida, Francisco, en la fragilidad de su estado de salud, entregó su vida con sus palabras y su presencia concreta el último domingo de pascua recorriendo la plaza de San Pedro.
Francisco, enfermo, frágil y vulnerable nos regaló el anuncio de la resurrección: ¡Cristo vive y te quiere vivo! nos regaló la gracia de vivir la fe con el corazón el cielo y los pies en la tierra.
Con la certeza de que en su corazón la luz de la resurrección es el cumplimiento de la promesa hacemos nuestras sus palabras:
«El Señor nos dice que estemos preparados para el encuentro, la muerte es un encuentro: es Él quien viene a encontrarnos, es Él quien viene a tomarnos de la mano y llevarnos con él.
¡No quisiera que esto sea un aviso de funeral! Es simplemente el Evangelio, es simplemente la vida, simplemente decirse el uno al otro: todos somos vulnerables y todos tenemos una puerta a la que el Señor llamará algún día».
«De todas las cosas que hemos reunido, que hemos ahorrado, legalmente buenas, no nos llevaremos nada. Pero sí, llevaremos el abrazo del Señor. Piensa en tu propia muerte: ¿cuándo moriré? En el calendario no está arreglado, pero el Señor lo sabe. Y ora al Señor: «Señor, prepara mi corazón para morir bien, morir en paz, morir con esperanza». Esta es la palabra que siempre debe acompañar nuestra vida, la esperanza de vivir con el Señor aquí y luego vivir con el Señor en otra parte. Oremos los unos por los otros, por esto» [2].
En este espíritu nos encontraremos para celebrar la vida de Francisco en nuestra Catedral de Quilmes el próximo sábado 26 de abril a las 19 h, día de sus exequias. Muchos de ustedes lo harán igualmente en sus propias comunidades.
Que María Inmaculada nos siga enseñando a caminar juntos, sin dejar a nadie fuera.
Con nuestros deseos de paz y bien.
+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes
+ Eduardo Gonzalo Redondo
Obispo Auxiliar de Quilmes
PD
Por disposición del Padre Obispo Carlos Tissera, el viernes 25 de abril se suspenderán las actividades en la Curia diocesana. «Esta medida busca expresar el recogimiento, afecto y adhesión al testimonio y compromiso del Papa Francisco en vísperas de la misa de exequias y sepultura del Santo Padre»
Invitación del Obispado de Quilmes a la Misa de Exequias
25/04/2025