Ayer domingo por la noche, la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal a través de la División OPERACIONES AREA METROPOLITANA SUR, realizo dos allanamientos en simultaneo, ordenadas por el Juzgado de Garantías Nº 5 a cargo del Dr. Julián BASTEROS y el Ayudante Fiscal Dr. Leonardo VALLI, de UFI Especializada en Estupefacientes de Florencio Varela, arrojando como saldo el secuestro de una importante cantidad de drogas, armas, municiones de varios calibres, equipos de comunicaciones del tipo handy, teléfonos celulares y postnet de cobro electrónico en Villa Hudson de Florencio Varela.
Fuentes consultadas del caso informaron a este medio, que la pesquisa se inició con motivo de denuncia anónima que alertaba sobre la supuesta actividad de comercialización de drogas al menudeo en una vivienda utilizada como punto de venta y asimismo señalaba otra propiedad ubicada a aproximadamente 100 metros de ese lugar como el probable lugar de guarda de la droga. La zona identificada fue en inmediaciones de la Tosquera de Scarpatto.
Durante el mes que duraron las tareas investigativas se pudo corroborar la actividad del punto de venta, la que fue documentada por medio de filmaciones y vistas fotográficas, como así también con el secuestro de drogas adquiridas por un comprador que había concurrido al lugar; identificándose a la mujer responsable de la ilícita actividad.
Asimismo se pudo establecer como maniobra novedosa que en muchos casos el pago de la droga adquirida era abonada por los compradores por medio de pago electrónico, a través de mercado pago; ratificándose ello al momento del ingreso al domicilio allanado, donde fueron encontrado cuatro equipos POSNET encendidos y en pleno funcionamiento, no existiendo en el lugar actividad comercial que justificara dicha circunstancia, ya que se trataba de un domicilio particular.
En la diligencia llevada a cabo en dicha propiedad se secuestró prueba documental que refleja en forma precaria la contabilidad de la venta de drogas, equipos de comunicación que permitía la escucha de las modulaciones policiales, uno de los cuales se encontraba encendido y en frecuencia con el canal utilizado por la fuerza de seguridad de la zona, como así también gran cantidad de droga ya fraccionada y lista para la venta, cocaína compactada que representaba la mitad de lo que en la jerga se lo conoce como ladrillo, balanza de precisión indispensable para el fraccionamiento de la droga e insumos necesarios para la confección de los envoltorios.
Esto último permitió considerar a los investigadores que por algún motivo aún no determinado, el punto de venta se había transformado como lugar de guarda y fraccionamiento de la droga.