«¡Una celebración legendaria que siempre llenó de color a Florencio Varela!», afirmó una vecina oriunda de Villa Vatteone -Gladys- tras visitar en familia el parque deportivo, recreativo y cultural ubicado en Villa Angélica durante la segunda jornada de la icónica festividad.
«Encontré una variedad asombrosa de especies. Elegí distintos tamaños para decorar el jardín en mi casa y aprovechar la primavera», describió la ciudadana cuando terminó de acomodar las últimas macetas en sus bolsas. «La atención fue maravillosa. Además, pusieron precios accesibles en comparación a un vivero, por ejemplo», relató.
El secretario de Industria y Desarrollo Productivo -Ricardo de la Fuente- efectuó un itinerario por el predio municipal situado en la intersección de Thevenet con Storni donde evaluó con visitantes, productores, productoras, emprendedores, emprendedoras, expositores, expositoras la dinámica del día luego de la inauguración oficial.
«La repercusión que tuvo una nueva edición de la Fiesta de la Flor confirmó el valor de reforzar costumbres identitarias de nuestro distrito: una comunidad deseosa por revivir una experiencia colectiva cuya recuperación fue una determinación del intendente, Andrés Watson», remarcó el funcionario.
Por último, el integrante del gabinete comunal destacó «la conjunción entre el ámbito público con el sector privado para potenciar una iniciativa histórica y motorizar la economía local mediante la incorporación de un espacio con puntos de venta sin intermediarios: elaboraciones autóctonas adquiridas por varelenses».
Jésica y Florencia crearon su emprendimiento, «Regalo Detalles», en 2020. «La curiosidad por la floricultura fue transmitida de generación en generación. Una motivación extra fue el deseo de visibilizar el esfuerzo, la dedicación e ingenio vinculados a las tareas en el rubro», relataron.
«Trajimos a nuestro stand el resultado de un arduo trabajo que involucró a muchas personas y preparamos una capacitación sobre arreglos florales con tips para armarlos en el hogar e imprimir un toque distinto en los ambientes de la vivienda o en los muebles», narraron.
«Llegué de visita a la ciudad con ganas de pasear junto a mis hermanos. Vimos la publicidad y vinimos. Quedé asombrada por la belleza del lugar. Había importes variados, por eso, compré un limonero», contó Rosa, una mujer que arribó días atrás proveniente de Mendoza.
