Nacido en Alemania el 17 de diciembre de 1935, el Padre Teo cursó allí sus estudios eclesiásticos y fue ordenado sacerdote en la Ciudad de Essen, su Diócesis, el 21 de junio de 1963, desarrollando las actividades propias de su ministerio en Essen durante más de 20 años.
En el año 1984 realizó una visita a la Argentina conociendo -en esa oportunidad- al Obispo de Quilmes, el Padre Obispo Jorge Novak. Recorrió en esa ocasión algunas parroquias de Florencio Varela. Ello lo llevó a pedir a su obispo de Alemania el permiso para venir a trabajar pastoralmente a la Diócesis de Quilmes, como misionero «Fidei Donum». Ese deseo fue tomando forma en el año 1986 y concretado el 31 de marzo de 1987, en que es nombrado párroco de la Parroquia «San Martín de Porres», creada en esa misma fecha.
Además de las actividades propias de la atención religiosa de una parroquia el Padre Teo logró implementar, con el aporte de sus amigos alemanes y la ayuda de su comunidad, numerosas iniciativas en el aspecto social, que se pueden citar someramente: Cáritas, Farmacia parroquial, Casa del Niño, Casa de Adolescentes, Alfabetización, Formación profesional y dos Comedores.
Fue durante varios años, a propuesta de sus colegas varelenses, Decano del Decanato Florencio Varela, coordinando de esa manera la actividad de los sacerdotes y las parroquias del distrito, debiendo destacarse especialmente su aporte en medicamentos a la Farmacia de Cáritas Zonal gracias a sus contactos con Alemania, que cultivaba enviándoles dos cartas anuales o cuando viajaba a visitar a su madre y otros familiares y amigos.
Muy querido por sus colegas integró, elegido por ellos y en varias oportunidades, el Consejo Presbiteral Diocesano, organismo que brinda asesoramiento al Obispo diocesano.
Probado duramente en su salud en varias oportunidades, supo superar dichos trances y volver a brindar con entusiasmo y generosidad sus servicios pastorales a la comunidad que, a mediados del año 2003, lo despidió con pena y con mucho afecto en su regreso a la Alemania natal.
Se mantenía en comunicación con sus afectos de Argentina a través de cartas y medios actuales de comunicación y en varias oportunidades pudo volver a visitar, con gran alegría para todos, a sus feligreses y colegas de Varela y de la Diócesis hasta que las limitaciones de salud, sobrellevadas con gran entereza, le impidieron últimamente volver a hacerlo.
