El combinado municipal obtuvo nueve medallas tras concursar en la primera fecha del circuito, desarrollado en abril pasado, en Avellaneda.

Tras una gran actuación, alcanzaron preseas: Agostina Rodríguez (bronce en 100 espalda), Lorena Ferreyra (segundo lugar en 200 pecho), Ángela Ramat (tercer puesto en 100 espalda), Diego López (oro en 200 pecho y plata en 50 libres), Claudio Escalante (bronce en 200 pecho), Elías Pavón (tercera ubicación en 200 pecho), Nicolás Castro (segunda colocación en 200 pecho). Además, la posta mixta -conformada por Horacio Tomazia, Vanesa Perdiechizzi, Diego López y Ángela Ramat- logró el bronce.

“Un buen desempeño con algunas cuestiones que mejorar respecto a marcas en determinados estilos”, evaluó el coordinador del área -Guillermo Nobre-. Como futuras expectativas, indicó “estar lo más arriba posible en el tablero”. Al momento, el conjunto quedó 6to de 18 clubes.

“Un grupo que, de manera paulatina, comenzó a rearmarse tras ser campeón en este mismo torneo en 2019”, expresó el docente.

“Lloraba de la emoción. Muy feliz. Nunca imaginé a mi edad conseguir el podio”, señaló la nadadora -Ángela Ramat-. En este contexto, la mujer evocó sus inicios en la disciplina por una necesidad médica veinte años atrás, “a mis 40 por problemas en la cervical”.

Aunque superó diversas dificultades, Ángela estaba convencida que este era el camino. “Los instructores ya no sabían qué hacer para que aprendiera”, reveló. A pesar de “aún tenerle un poco de miedo al agua”, la vecina de Villa del Plata aseguró: “Siempre seguí adelante”.

Con excelente rendimiento en el certamen y la confirmación que todo ese empeño no fue en vano, Ángela consideró: “Me sentí orgullosa por mis logros”. Para cerrar, valoró “fomentar espacios donde practicar deportes” y remarcó en “el acompañamiento de la Comuna, así como de todo el plantel de profesionales”.

Una historia similar fue la de Vanesa Perdiechizzi, quien consiguió una tercera posición en la prueba colectiva junto a tres de sus compañeros. Al igual que Ángela, esta mamá y maestra de 46 años también eligió la pileta como cable a tierra. “Empecé de grande”, rememoró. “Me dedicaba a otra cosa. De chica, mi hermano jugaba al fútbol y yo estudiaba Inglés”, repasó.

La profesora de Arte describió sentirse atraída por “la exigencia” que implicaba la actividad. “Un desafío mental”, definió. A sus entrenamientos, tres veces por semana en horario nocturno, los calificó como de “un esfuerzo muy importante”.