En épocas donde todo parece ponerse cuesta arriba, los sueldos no alcanzan, suben los impuestos y falta trabajo, entre tantas otras pálidas, nuestro espacio laboral (Centros de Salud, Equipos locales, Desarrollo Social y sus dependencias) no desentona en sumar desaliento a las y los trabajadores.
Golpeados emocional y físicamente por la pandemia, sometidos al destrato y ninguneo de los funcionarios, nos encontramos frente a LA PEOR GESTIÓN en años de quienes dicen ser los secretarios de Salud y Desarrollo Social.
La pandemia dejó a la población empobrecida y a las comunidades de cada área programática a la deriva para lidiar con sus problemas de salud y la vulnerabilidad social de sectores que no logran llegar a fin de mes para poner un plato de comida en la mesa.
Pasados dos años de aquel 2020 en que el mundo pareció detenerse, nos encontramos con respuestas pobrísimas de un estado municipal que parece sólo interesado en mostrar posteos de Facebook e Instagram de lo bien que se hacen las cosas en el distrito y ser adulado por tantos de sus militantes. ¿Lo bien que se hacen las cosas?
En términos sanitarios, la reducción de turnos para laboratorio, ecografías y mamografías dificulta la posibilidad de diagnósticos tempranos y prevención de enfermedades en los vecinos varelenses. El nexo con el Hospital Mi Pueblo está desarticulado, con un sistema de referencia y contrarreferencia que no funciona, haciendo que nuevamente los vecinos deban hacer colas interminables y en la madrugada para conseguir un turno con alguna especialidad (sin dejar de mencionar que uno de sus directores fue funcionario durante varios años en el distrito y conoce perfectamente el estado de los CAPS).
El éxodo de profesionales sigue creciendo, dejando CAPS casi sin atención de especialidades básicas (clínica médica, medicina general, pediatría, psiquiatría, ginecología, trabajo social, psicología, cardiología, ecografías), cargando de demanda a otros Centros de Salud. La llegada de escasos nuevos profesionales se realiza bajo contrataciones precarias con «salarios premiums» (acordados con la Directora de APS) que ubica a las y los trabajadores de planta y con antigüedad con salarios muy por debajo de esos acuerdos, provocando la desazón y las ganas de emigrar del sistema municipal.
En Desarrollo Social, la realidad no es diferente. Las respuestas a situaciones de emergencia habitacional y alimentaria son estandarizadas e insuficientes a los requerimientos de la población (4 chapas de zinc, escasos colchones y frazadas). Las fotos inaugurando espacios y entregando equipamiento sobran, pero faltan profesionales en los equipos para abordar situaciones de infancias y adolescencias vulneradas y de adultos mayores olvidados.
Espacios luminosos y recién pintados que hacen juego con los dientes de funcionarios sonrientes junto a ministros provinciales dispuestos a posar, quedan vacíos de contenido si no hay trabajadores que pongan en acción esos espacios.
Celebramos la organización de los vecinos varelenses que exigen acceder al derecho a la salud.
Nos cansamos del ninguneo. Hace más de un año que esperamos y solicitamos una reunión. Seguimos trabajando con salarios 50 % debajo de nuestros pares de provincia.
Resistimos en el primer nivel de atención y en los barrios porque apostamos a la salud de las comunidades.
No queremos fotos. Queremos reconocimiento, recursos humanos y materiales para trabajar.
¡SALARIOS DIGNOS!
¡RECOMPOSICIÓN
SALARIAL YA!
CICOP – Seccional
Florencio Varela