Después del minuto de silencio y de discursos elogiosos de diputados kirchneristas y de la izquierda, Espert dijo que la ex titular de Madres de Plaza de Mayo era una «verdadera deshonra para la Nación». También dijo que con su muerte «se cierra uno de los períodos oscuros de la Argentina».
(NA) En el amanecer de la sesión especial, la Cámara de Diputados rindió ayer honores a la recientemente fallecida ex titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini, aunque sobre el final el liberal José Luis Espert utilizó su tiempo para despotricar contra la homenajeada y desató un escándalo en el recinto.
El homenaje comenzó sin sobresaltos: los integrantes de todos los bloques se levantaron de sus bancas y con un minuto de silencio expresaron sus respetos hacia una de las máximas exponentes del movimiento argentino de Derechos Humanos.
También hubo numerosos discursos de homenaje a la trayectoria y el compromiso político de Bonafini. Las intervenciones fueron en general elogiosas, y el homenaje navegaba en aguas calmas hasta que Espert desencadenó una tormenta inesperada. «Vamos a homenajear a una persona que es una verdadera deshonra para la Nación», arrancó el economista de derecha.
Para fundamentar su opinión, recordó algunas frases polémicas de Hebe de Bonafini, como la reivindicación que ella había hecho del atentado contra las Torres Gemelas en 2001, o la defensa que esgrimió de la toma de la comisaría de la Boca que ejecutó Luis D´Elía en 2004, o el pedido para que se pongan a prueba las pistolas Taser con el cuerpo de la hija de Mauricio Macri.
«Quiero reivindicar a la porción de argentinos que fueron víctimas de Sueños Compartidos, en la que Hebe se encontraba procesada, a los cientos de familias que esperaban viviendas prometidas y vieron sus sueños frustrados», expresó el diputado de Avanza Libertad. Para Espert, el escándalo de Sueños Compartidos es una muestra de «la destrucción que generó el modelo kirchnerista en la provincia de Buenos Aires».
«Murió Néstor, murió Hebe de Bonafini. Se está cerrando uno de los tantos períodos oscuros de la Argentina, marcado por el robo, la mentira y la pobreza. Mi homenaje hoy es a las victimas de Sueños Compartidos y a todas las víctimas de estos delincuentes», sumó. Y cerró vaticinando que «se viene el ´Nunca Más´ de la prepotencia y la corrupción. «Kirchnerismo nunca más», remató, mientras desde la bancada oficialista se multiplicaban los abucheos.
Al cruce de Espert salió el jefe de la bancada del Frente de Todos, Germán Martínez, quien planteó una cuestión de privilegio contra el liberal por haber utilizado irregularmente el tiempo de un homenaje para «hablar en contra de la homenajeada».
Según aseguró, esto no sólo «va en contra del reglamento» de la Cámara baja sino que «traiciona los acuerdos de Labor Parlamentaria» y «va en contra de toda tradición» en el Congreso, dado que «jamás se utilizó el tiempo de un homenaje para decir las barbaridades que dijo el diputado preopinante». «Esto no pasó nunca en la historia parlamentaria», insistió, y lamentó profundamente que Espert haya «festejado la muerte» de Bonafini.
«Si no somos capaces en estas pequeñas cosas de poner un freno a las fuerzas de la derecha que están tratando de llevar a la Argentina al abismo, me aparece que estamos equivocando», cerró el santafesino en un mensaje a la oposición. Antes de que Espert rompiera el clima de concordia provocando el escándalo, se llevaron adelante una serie de discursos en homenaje a Hebe de Bonafini.
La primera oradora fue Mónica Macha (Frente de Todos), quien destacó la «lucha» a fines de los años setenta contra la dictadura militar y la construcción en esos años de «una de las organizaciones de Derechos humanos más importantes de la historia de nuestro país, como es la Asociación de Madres de Plaza de Mayo».
En clave feminista, la legisladora kirchnerista sumó: «Somos orgullosas hijas de las madres de Plaza de mayo. Aprendimos de ellas a luchar, a organizarnos, a construir de manera horizontal, a darnos cuenta de que si nos trataban de locas estábamos en el camino correcto».
«Las Madres y Hebe a la cabeza nos enseñaron a correr el límite de lo posible. En los años 70 marchó contra la dictadura, en los 80 contra las leyes de la impunidad, en los 90 contra el menemismo y en el 2001 contra la violencia neoliberal.