La Comisión Provincial por la Memoria (CPM), organismo integrado por Adolfo Perez Esquivel, Dora Barrancos, Nora Cortiñas, entre otros y otras, denunció en su último informe: «A pesar del descenso de los delitos, aumentaron exponencialmente las aprehensiones y la violencia policial, y las comisarías tuvieron la sobrepoblación más alta de los últimos 15 años».
Respecto a las cárceles de la provincia, que dependen en forma directa del Poder Ejecutivo a cargo de Kicillof, en especial del Ministerio de Justicia, el informe del organismo asegura: «Durante el 2020 los equipos de la CPM y del Punto Denuncia Torturas, realizaron 21.500 entrevistas a personas detenidas o sus referentes afectivos en las que se relevaron 34.500 hechos de tortura o malos tratos; casi la mitad de estas denuncias, más de 16.000, fueron por hechos de violencia o morosidad judicial. Esto confirma la sistematicidad de la tortura como forma de gobierno de la población encarcelada», publió el portal “La Izquierda Diario”
Los datos son contundentes y muestran una vez más como el estado bonaerense viola sistemáticamente los derechos humanos en cárceles, comisarías y otros lugares de encierro. Como denuncian detenidos y detenidas, familiares y organismos de derechos humanos, en las cárceles bonaerenses se tortura todos los días.
La situación de las personas detenidas en las cárceles bonaerenses es alarmante. En este diario publicamos decenas de notas y entrevistas a detenidos y detenidas, familiares y docentes en contexto de encierro, que dan cuenta de como en las cárceles y comisarías de la provincia de Buenos Aires se tortura todos los días.
Esta vez se trata de la Unidad 24 de Florencio Varela. Nicolás Ruíz quien se encuentra detenido allí, denunció que a partir de haber publicado en el muro de Facebook del Colectivo Nacional de Detenidos/as, el Servicio Penitenciario Bonaerense lo dejó encerrado en el buzón, un sector de castigo que no tiene las condiciones físicas ni humanas para alojar a ninguna persona. Nicolás declaró en el juzgado cual era la situación, lo que provocó un mayor ensañamiento contra él por parte de los penitenciarios.
No conformes con eso, los uniformados le dispararon en la espalda el 23 de diciembre pasado, dejándolo sin atención médica y encerrado. Nicolás señaló: «No me dispararon para corregirme, porque yo estaba encerrado en el buzón. No puedo hacer nada. Ellos no tenían derecho a dispararme y menos de la cintura para arriba».
Nicolás actualmente está a pocos meses de salir en libertad y está luchando para que se le realice un examen de salud que constate su estado, para obtener la domiciliaria y poder tratar una enfermedad que padece. La falta de atención médica, de tratamientos, la alimentación deficiente o en mal estado, son moneda corriente en los penales bonaerenses, cuya responsabilidad es del Poder Ejecutivo provincial a cargo de Axel Kicillof.
En las cárceles y comisarías de la provincia de Buenos Aires, las condiciones en que se encuentran las más de 50.000 personas privadas de su libertad, son una tortura sistemática.