(Por Agencia La Barriada) Uno de los grandes problemas de la Argentina es la enorme cantidad de trabajadores no registrados, trabajadores por cuenta propia o emprendedores; el empleo registrado apenas alcanza al 36,8 % de los trabajadores activos.
Esta realidad deja a millones de trabajadores fuera del sistema tributario, del acceso al beneficio jubilatorio y la cobertura de salud ya que, por el volumen de su actividad, no pueden registrase como monotributistas.
Desde la AFIP se pensó un sistema para que esa economía no registrada contribuya y obtenga beneficios, pero que no sea incompatible con la AUH o los programas de inclusión social, asi surge el monotributo social.
En la Argentina, al cierre del año 2023 estaban registradas 629.900 personas en el Monotributo Social,que actualmente abonan $ 3.200 por mes.
La decisión del gobierno nacional de eliminar el monotributo social va a profundizar el trabajo no registrado y precarizado, ya que la gran mayoría no podrá abonar los $ 26.000 por mes que cuesta la inscripción en el monotributo común.
Además quienes se inscriben en el monotributo común pierden el cobro de la AUH y los programas de inclusión social. Ademas quienes no puedan inscribirse porque su actividad laboral factura mucho menos, dejan de tener obra social y aportes al sistema jubilatorio, por lo cual una gran cantidad de personas veran interrumpidos su tratamientos médicos.
Esta medida de eliminación del monotributo social no genera un recorte en el gasto público, en cambio sí tiene un enorme impacto social en más de 600.000 personas.
La eliminación del monotributo social es una medida cruel, sin ningún sentido económico en términos de ajuste, que profundiza la economía informal y el desamparo de un enorme grupo de personas.
La Cámara de Senadores de la Nación tiene la posibilidad de evitar esta decisión de Milei y su equipo, cuando se vote la ley omnibus/bases en las próximas semanas.