El pasado sábado comenzó la cursada de la primera cohorte de la Diplomatura de Vinculación en Educación Sexual Integral (ESI) de la UNAJ, con un total de 151 inscriptes que trabajan como docentes y/o integrantes de equipos de orientación en escuelas de nivel primario y secundario de Florencio Varela, Quilmes, Berazategui, entre otros. La propuesta se orienta a generar un espacio de capacitación, intercambio de experiencias y construcción de conocimientos para el desarrollo de la ESI en las instituciones educativas de la región.
Cuenta con una modalidad de cursada semipresencial que combina encuentros presenciales con clases virtuales sincrónicas y asincrónicas a través del campus virtual. “Algo muy positivo de esta propuesta es que parte de las clases son presenciales, ya que actualmente la mayoría de los cursos de formación docente sobre ESI son de modalidad virtual. Nos parece fundamental sostener la importancia de la presencialidad para la capacitación en estas temáticas, porque uno de los ejes centrales del trabajo con la ESI es la reflexión sobre el cuerpo y los vínculos que se generan en las aulas, en la vida cotidiana escolar”, señaló Alejandra Almirón, co-coordinadora académica de la Diplomatura, en la clase de apertura.
Inscripta en la Secretaría de Política y Territorio y el Programa de Estudios de Género del Instituto de Estudios Iniciales, presenta un comité académico integrado por referentes de los estudios de género y ESI como Dora Barrancos, Mirta Marina y Graciela Morgade. “La convicción que nos impulsa es que sin dudas la ESI es una política pública clave para garantizar derechos a niñes, adolescentes, jóvenes y adultes. La educación sexual es un derecho de les estudiantes y una obligación de les docentes, por eso es muy importante profundizar la capacitación y en este sentido queremos realizar un aporte desde la UNAJ hacia el sistema educativo de la región”, planteó Luciana Perez, co-coordinadora académica de la nueva Diplomatura.
Los objetivos de la propuesta formativa se orientan no solamente a trabajar en la incorporación de contenidos específicos en la currícula sino también en el desafío de garantizar su transversalización en las escuelas, afianzando la implementación de la ESI desde la perspectiva de género y desarrollando herramientas para el trabajo áulico, los proyectos institucionales y la articulación con las familias y la comunidad.