( Por el Dr. Sattar Jamshidpour)
Cuando el reloj cambie de 23:59:59 hs, entraremos en un nuevo año cristiano 2025. Las naciones que celebran el entrante año festejan como pueden con ilusiones, deseos, imaginaciones acumuladas. Depositaran y apostaran sus fichas en el casino de la vida, tal vez salgan ganadores por una magia divina.
El año 2024 fue un año complejo en todas sus gamas, mundialmente abundó crisis económica, social, política, cultural y sobre todo las guerras dejaron un saldo significado de muertos, ruinas, refugiados y economías destruidas.
Argentina como parte de ese cambalache, no estuvo exento de los acontecimientos. Javier Milei cumplió más de un año de gestión, sin pena ni glorias. Casi no tuvo una oposición digna que lo frene y si la hubo fue irrelevante para el gobierno. Logró sus objetivos, cumplió con el tío Sam, perdón con el FMI. Bajó la inflación pero no logró mejorar las condiciones económicas debido a que la disminución de la inflación fue gracias al mecanismo de recesión. Dolarizó la economía sin dolarización. Transformó a la Argentina en un país muy caro, poco apetecible para turistas extranjero y propios argentinos. Los inversores observan pero no se animan a invertir en Argentina. A través de videos cortos, medios y periodistas afines se incendió la batalla de clase, ideológica, cultural, social y económica. Su política exterior basada en alinearse con el occidente fue tan estricta que fue capaz de sacrificar a su Ministra de Exterior, Mondino.
En una sola frase se puede decir, que Javier Milei hizo lo que quiso.
El partido Justicialista, el principal opositor siguió en la depresión mayor por la derrota de las elecciones presidenciales de 2023, además recibieron noticias de mal gusto como el escandaloso y bochornoso maltrato del ex presidente Alberto Fernández a su esposa, que golpeó nuevamente a los peronistas. El pastelero Fernández, con la fiesta de cumpleaños hizo una torta de su mandato, a la que le faltaba la frutilla que fueron las agresiones físicas y psíquicas a la madre de su hijo. Una torta con sabor amargo para los peronistas y demasiado dulce para Milei y afines, que paradoja.
La condena de la ex presidenta Cristina Fernández Kirchner fue otra amargura en el ámbito del partido justicialista. Axel Kiciloff, gobernador de la provincia de Buenos Aires, sumergido en sus propios desafíos y problemas; como doblar o desdoblar las elecciones, que hacer con la Cámpora y Máximo Kirchner, diferenciarse de Cristina o no, cómo inyectar fondos a municipios pobres. Hasta que el peronismo no dé batalla legal y legítima, Javier Milei gobernará cómodamente.
En ámbito internacional, el mundo fue un caos, la guerra Rusia-Ucrania entró en una nueva fase, el envío masivo de armamentos de OTAN a Ucrania y soldados norcoreanos a Rusia, intensificó una guerra sin destino. Los ataques bilaterales entre Irán e Israel agravaron el conflicto de Medio Oriente. Israel a pesar de la invasión y ataques constantes y persistentes con la nueva tecnología armamentista, en Gaza, sur de Líbano, Siria, Yemen del sur, no logró liberar a sus rehenes. A pesar de la condena de Naciones Unidas por atacar blancos civiles, no cede. La caída de la dinastía de la familia Asad en Siria, después de 50 años fue un golpe a Rusia e Irán. La elección de Donald Trump como presidente de EEUU, fue un mensaje claro al mundo entero de que el desorden mundial por 4 años más sigue turbulento y es un aviso de que la derecha avanza.
En 1934, Enrique Santos Discepolo, a través de la voz del eterno Carlos Gardel creó la inmortal canción Cambalache ¿Seguirá vigente? Si. Más que nunca.
