Los fomentistas conviven con una mujer que tomó la entidad tras el vencimiento de su mandato
en 2012 y está encaprichada en no irse. La denunciaron por usurpación en la Fiscalía Nº 5
Supo ser la entidad que trajo la luz al barrio, en la década de los ’60. También la que empujó ante la Provincia la construcción de la Escuela.
Juan B. Justo y D’Annuncio de Bosques Norte. Desde el 5 de Marzo de 1968 funciona la Sociedad de Fomento Bosques Norte. Fue modelo social en Varela, hasta que a fines de 2012 vino la debacle. Muchos socios se alejaron por los destratos de la presidenta. La conocen como Martita Bernardi, hoy de 73 años. Tras finalizar su mandato como presidenta, se quedo a vivir en la entidad y no se fue nunca más. Más allá de usufructuar las instalaciones, las alquiló para fiestas privadas. Los años pasaron y Martita hizo su vida. Hace 5 años su hijo, Iván de Pedro, intentó llevarla a vivir a su casa. Martita se encaprichó. Eso se puede leer en una carta enviada por De Pedro a las nuevas autoridades.
En diciembre pasado, tras varios meses de trabajo, se realizó el acto eleccionario y la Sociedad de Fomento volvió a tener comisión directiva. Ellos son: María Rosa Sandoval (Presidenta), Alejandro Chagaray (Vicepresidente), Alejandra Gregi (Secretaria), Juan Carlos Covhhevich (Tesorero), Marcelo Anitori (Veedor de Cuentas), Díaz Cáceres (Vocal), Hilda Villagrán (Revisora de Cuentas)
La cooperativa de trabajo «Fortaleciendo Esfuerzo» colabora con la mano de obra y los fomentistas agradecen su invalorable aporte. Las obras comenzaron con el año en curso y hasta la fecha han gastado más de 2 millones de pesos. La entidad estaba destruida y hoy está en pie
En ese marco Bernardi se fue arrinconando y tomó un sector de la entidad donde no tiene baño ni agua. La mujer está decidida a resistir. Las autoridades hablaron con ella. Fue inútil todo dialogo. Le enviaron Carta Documento intimándola a que se retire. Nunca respondió. Así las cosas en abril denunciaron la ocupación en la Fiscalía Nº 5 a cargo del Fiscal Hernán Bustos Rivas. Esperan una respuesta con una asistente social que evalúe la salud mental de Bernardi. La mujer vive de un puesto de venta de galletitas que explota en la vereda de la entidad. En su habitación, detrás de una puerta amarilla (foto) está el tablero eléctrico y las obras de electricidad avanzan. Necesitan que salga de allí. Los fomentistas tienen una deuda de más de 500 mil pesos de gas, generada por Bernardi. Metrogas ha cortado el servicio. Anhelan inaugurar con actividades culturales y deportivas para los vecinos, pero Martita no se quiere ir.
Ayer este diario le preguntó a Bernardi por su situación y ella se amparó en no tener lugar para vivir. Dijo que su hijo la apoya y al señalarle la carta que De Pedro envió a la entidad, la negó. Prometió que no se irá porque tiene sus derechos, pero no dijo claramente cuáles. “No tengo lugar para vivir, ¿le parece poco?”, se preguntó.