El triple crimen en Florencio Varela, generado por una banda de narcos, no es parte del agua que rebasó el vaso. Es el resultado de algo más profundo.
Anoche marchaban con banderas en Florencio Varela pidiendo justicia por las tres chicas asesinadas. No se juzga la iniciativa, se puede juzgar la No iniciativa de manifestar y por años. Hay ejemplos de sobra: 1º El doble homicidio de la avenida Senzabello, esquina Los Andes de Gobernador Monteverde. Denisse Juárez, de 17 años, y Sabrina Barrientos, de 16, murieron baleadas el 11 de febrero de 2017, cuando ambas regresaban de un boliche junto a dos amigas de 15 y 16 años, Magalí y Némesis, de las mismas edades. Las chicas fueron asesinadas por un sicario. El padre de Sabrina gritó a los cuatro vientos que su hija era mula del narcomenudeo e ingresaba drogas a boliches de la zona. El caso nunca prosperó en su esclarecimiento. Por caso la fiscal a cargo salió del paso imputando a un menor de 14 años como el autor de la masacre.
Amigos del adolescente aseguraron ante la prensa su inocencia total.
Por aquellos tiempos fueron sancionadas dos ordenanzas para hacer que algo se hacía. Por un lado se hizo obligación de los locales con presencia de público de la instalación a su cargo de cámaras de monitoreo que cuyas imágenes llegarían al centro de monitoreo municipal. La restante ordenanza fue declarada como una herramienta fundamental para conocer de fuentes vecinales quienes venden drogas en los barrios. Se trató de los «Buzones por la Vida», una urna colocada en distintos sectores del partido que recibiría denuncias anónimas de los vecinos. Una vez por mes la urna arrojaría la catarata de denuncias. Eso debería haber sido, pero no fue así.
El año pasado el Secretario de Gobierno municipal, Daniel Dono Leydi, dijo a éste diario que los Buzones no fueron útiles porque los vecinos confían en el contacto directo para la denuncia. Traducción: El vecino confía contarle al policía o al funcionario municipal quien vende droga en el barrio. Desconfía de denunciar en forma anónima en una urna.
Los Buzones nunca contaron con una campaña publicitaria que aliente al vecino a denunciar en forma anónima. Sin firma ni de puño y letra el texto de la denuncia.
Los enfrentamientos entre bandas narcos han generado mucha sangre derramada en Florencio Varela. 2º. En horas de la noche del 11 de Agosto de 2021, un tiroteo en la intersección de la calle Ciudadela y el arroyo Las Conchitas del varelense barrio de San Rudecindo terminó con tres muertos y dos heridos. Testigos aseguraron que se escucharon más de 50 disparos. La balacera se cobró la vida de Milagros Paola Saavedra, una joven de apenas 18 años, vecina del barrio, que estaba en el interior de su casa y recibió un tiro en un omóplato. Los otros dos caídos fueron parte de las bandas que se disputaban ese territorio para la venta de drogas, sobre el famoso puente amarillo de lugar. La policía le echó la culpa a diferencias que la banda de Los Paisas tenía con otros narcos. La banda de Los Paisas nunca existió, fue un pretexto para negociar zonas liberadas. Mientras tanto todos los poderes miran la escena con el balde de pochoclos en sus rodillas.
Decenas de ajustes de cuentas por diferencias entre narcos, se han generado en Varela durante los últimos años. Los expedientes abiertos están en tribunales. Mientras tanto, nada cambia. Todo sigue igual, todo sigue igual que ayer…
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Sabrina Barrientos y Denisse Juárez, asesinadas por un sicario en la Av. Sezabello
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Milagros Saavedra, víctima de un tiroteo entre narcos
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Buzones por la Vida. Herramienta contra los narcos